sábado, 9 de agosto de 2008

TEXTO CONTEXTO. SERIE DE TEXTOS DE CONTEXTUALIZACÓN HACIA EL REFERÉNDUM REVOCATORIO EN BOLIVIA


TEXTO CONTEXTO

SERIE DE TEXTOS DE CONTEXTUALIZACÓN HACIA EL REFERÉNDUM REVOCATORIO EN BOLIVIA

COCHABAMBA – HISTORIAS DE SEGREGACIÓN

Theo Roncken, Coordinador Acción Andina, Miembro Colectivo Rimarikuna, 31 de julio 2008

Bolivia está preparando su siguiente medición de fuerzas políticas. El Referéndum Revocatorio del próximo 10 de Agosto consultará a la población con derecho a votar sobre dos preguntas:

¿Usted está de acuerdo con la continuidad del proceso de cambio liderizado por el Presidente Evo Morales Ayma y el Vicepresidente Alvaro García Linera?

¿Usted está de acuerdo con la continuidad de las políticas, acciones y la gestión del Prefecto del Departamento?

Muchos bolivianos y bolivianas no ven este Referéndum como una solución a la crisis política del país. Sin embargo, las ratificaciones o suspensiones de autoridades, indicadas por sus resultados, brindarían un nuevo compás para orientar futuras acciones y negociaciones.

La situación del Departamento de Cochabamba, en el centro del país, llama la atención. El Prefecto Manfred Reyes Villa, obtuvo en las elecciones nacionales de 2005 el 47,6% de los votos, por lo que sería revocado si por lo menos un 47,6% vote en su contra. Formalmente Reyes Villa no acepta la realización del Referéndum. Insiste en su inconstitucionalidad y busca por todos los medios que el mismo sea anulado.

La propuesta de realizar un Referéndum Revocatorio surgió por primera vez en medio de la crisis política que dejaron en enero del 2007 las confrontaciones violentas entre civiles en la ciudad de Cochabamba. Dejamos para otra oportunidad el análisis de las responsabilidades del Prefecto Reyes Villa en el desarrollo y el trágico desenlace de aquel conflicto. El gran aprendizaje del “11 de enero” fue el hecho que desnudó de manera contundente el actual estado de segregación social de la sociedad cochabambina.

A pesar de sus enormes desigualdades y diferencias entre clases sociales, hasta los años 1990 Cochabamba preservó su imagen de “pueblo multi-étnico abierto y tolerante”. Un reciente estudio entre jóvenes de la clase media/alta de la ciudad muestra cómo esto comenzó a cambiar drásticamente con la rápida apertura a las ofertas y promesas de la economía y cultura globalizada, con el avance de los medios electrónicos (Solares, Rodríguez y Zabala 2008, PIEB –informe preliminar).

De acuerdo a este estudio, los jóvenes, hijos e hijas de las antiguas élites sociales, prefieren vivir en submundos auto-suficientes y excluyentes y por ello, seguros; que tener que enfrentarse cotidianamente con lo desconocido, en una ciudad abierta y diversa con la que no se identifican, en contraste con sus padres y madres.

Estos jóvenes quienes crecieron en un mundo de seguridad artificial, hoy invierten su creatividad en la construcción de burbujas que les permitan negar la existencia del “otro”: de una alteridad, que además de molestia (por sus olores, falta de higiene y orden), es un peligro potencial. Con cada nuevo día que pasa, la ciudad que ellos viven llega a achicarse más, mientras crecen sus temores a lo desconocido. Ya casi no visitan el antiguo centro, ni tampoco hay necesidad: en “su” lado norte de la ciudad, se ha establecido en esta última década un nuevo centro, cómodo y seguro, que complace de manera exclusiva todas sus demandas de bienes y servicios.

No parece ser coincidencia el hecho que las violencias del “11 de enero” ocurrieron en el mero umbral de esta nueva “ciudad del Norte”. Fue en una de las puertas de entrada de esta zona asediada que quienes se autodenominaron “ciudadanos” se organizaron para detener el avance de los “campesinos”. De esta manera, la población de Cochabamba ese día cerró simbólicamente una larga época de convivencia para iniciar una nueva etapa de co-existencia con espacios comunes y grados de tolerancia muy inciertos.


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SERIE DE TEXTOS DE CONTEXTUALIZACÓN HACIA EL REFERÉNDUM REVOCATORIO EN BOLIVIA

BOLIVIA – LA CRISIS INSTITUCIONAL

Theo Roncken, Coordinador Acción Andina, Miembro Colectivo Rimarikuna, 4 de agosto 2008

Menos de una semana nos falta para el Referéndum Revocatorio en Bolivia y siguen existiendo dudas: ¿se llevará a cabo o no? Dos recursos de inconstitucionalidad recibieron el respaldo extra oficio del Tribunal Constitucional de Bolivia. El último de éstos fue planteado por el Prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien insiste en la ilegalidad del referéndum. ‘Bueno’, podría pensarse, ‘si lo dice el Tribunal Constitucional, ha de ser así. Pues, es la función de ese tribunal ver si o no las cosas marchan de acuerdo a la Constitución Política del Estado.’

En Bolivia, el Tribunal Constitucional fue institucionalizado en 1998, como una de las garantías del Estado de Derecho. Sus magistrados son designados por el Congreso de la República por un período de diez años. Sin embargo, en la misma historia del Tribunal está también su debilidad: en Bolivia, las ‘instituciones garantes’ fueron ideadas y creadas en función de los derechos de quienes solían manejar el Estado a su antojo.

A mediados de los años 1990 aún pocos se imaginaban que diez años más tarde, el Poder Ejecutivo de la Nación sería disputado por sectores populares. Representantes de la política tradicional consideraban estratégica la promoción de una paulatina participación de las mayorías excluidas. Autoridades nacionales diseñaron y aplicaron un modelo de participación popular con una propuesta de distribución de poderes que parecía ser “manejable”: legalmente, la participación del pueblo en la democracia formal estaba claramente delimitada.

En dicho modelo, la misma Constitución Política del Estado ayudaría a preservar el fundamento del Estado al respaldar el uso de una serie de mecanismos que facilitarían la identificación de ajustes necesarios pero sin llegar a retar las exclusividades estructurales. Los instrumentos de control interno, como por ejemplo las Cortes Electorales, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Constitucional, eran moldeados en función de ese objetivo. El candado de acceso operativo a estas instituciones, lo constituía el Senado de la República.

De esta manera las clases dominantes definieron los límites legales de la participación democrática, comprometiendo la legitimidad de instituciones claves del Estado de Derecho. No nos debe extrañar que, al entrar en crisis el proyecto de esta élite a inicios del siglo XXI, el cuestionamiento popular involucró hasta las instituciones más sagradas de la democracia representativa. Las Cortes Electorales, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Constitucional, no eran consideradas entidades en las que se podía confiar: la experiencia había demostrado que no se encontraban por encima del “cuoteo político”.

Ya durante el mandato del Presidente Morales, estas instituciones fueron escenarios de duras batallas políticas. Hoy, las Cortes Electorales se encuentran divididas; la Corte Suprema de Justicia está desmembrada; y el Tribunal Constitucional no puede emitir dictámenes porque le ha quedado una única Magistrada, quien fue designada en octubre del 2003, quince días antes de interrumpirse el Gobierno Sánchez de Lozada.

La Bolivia de hoy refleja esta crisis institucional. Mientras que abundan los esfuerzos de oficialistas y opositores por demostrar que sus acciones tienen respaldo legal; todos saben que la vara de medición ya no pasa en primer lugar por las leyes. Lo que cuenta sobre todo en esta coyuntura particular es la correlación de fuerzas políticas. Los cuatro Referéndums Autonomistas de mayo y junio fueron realizados gracias a la fuerza de su promoción política. De la misma manera, el Referéndum Revocatorio se legitimará por la vía política. Legal o ilegal, ¿quién lo dirá? No queda juez que no sea considerado parte del conflicto.


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SERIE DE TEXTOS DE CONTEXTUALIZACÓN HACIA EL REFERÉNDUM REVOCATORIO EN BOLIVIA

Theo Roncken, Coordinador Acción Andina, Miembro Colectivo Rimarikuna, 10 de agosto 2008

En Cochabamba, para los próximos días, una de las preguntas más relevantes es: ¿qué pasa si los votantes del departamento deciden que el Prefecto Manfred Reyes Villa tiene que irse?

Esta pregunta tiene varios matices. La Corte Electoral inició hoy el Referéndum sin haber aclarado cuáles serán los porcentajes límite que definan si una autoridad es ratificada o revocada.

De acuerdo con el texto de ley aprobado por el Congreso, Manfred Reyes Villa sería revocado si más del 47.641 porciento de los votos indicaran la no continuación de su mandato. Pero tras negociaciones posteriores, representantes de la Corte Electoral Nacional y la mayoría de las Cortes Departamentales se expresaron a favor de una revocación para los 8 prefectos a partir de un 50% más uno de los votos por el NO.

La presentación pública de este nuevo criterio generó mucho debate. A su favor se decía que la Corte Electoral no estaba cambiando la ley sino, simplemente interpretaba su aplicación. En su contra se opinaba que la Corta Electoral no tenía autoridad para introducir este tipo de cambios. En aras de no poner en peligro la realización del Referéndum, todos los actores con poder de decisión dejaron el tema ahí.

Para Cochabamba, esto significa en la práctica que Manfred Reyes Villa podrá usar los resultados del Referéndum para declararse ratificado en su cargo siempre y cuando menos de un 50% de los votos pida su revocatoria. En caso que el porcentaje que vota por el NO al Prefecto se defina entre un 47.641 y un 50%, podría generarse conflictos a partir de esta cuestión de interpretación de la ley del Referéndum Revocatorio.

El segundo matiz de nuestra pregunta llegaría a tener relevancia en caso que más del 50% de los votantes rechace a la gestión del Prefecto de Cochabamba. De ocurrir esto, es probable que Manfred Reyes Villa se resista a reconocer los resultados del Referéndum Revocatorio. En las últimas semanas la posición oficial de Reyes Villa en este tema ha sido consecuente. Según la autoridad departamental el Referéndum es inconstitucional y sus resultados serán ilegales e ilegítimos. Esta mañana los noticieros del país mostraron cómo Reyes Villa asistía a mesa y declaró que no pensaba ir a votar.

De acuerdo a la Ley de Referéndum Revocatorio, los prefectos que serían revocados tendrían que dejar sus cargos de inmediato. Entonces, tenemos aquí un escenario que se abre al conflicto. ¿Qué haría Reyes Villa para mantenerse en el cargo? Decidiría el Gobierno Nacional por su desalojo a la fuerza? O, más riesgoso en términos de posibles violencias: ¿Se adjudicaría esa tarea un sector de los movimientos sociales?

Aunque el Prefecto de Cochabamba no quiere reconocer la legalidad ni la legitimidad del Referéndum, sus resultados podrían influir mucho en la responsabilidad que recaería sobre él en la provocación o prevención de violencias.

1 comentario:

Rimarikuna dijo...

Amigas y amigos:

Son las 10 de la noche y se está concluyendo un día muy movido en casi toda Bolivia. El Referéndum Revocatorio que hoy se realizó sin que se haya registrado mayores incidentes, está arrojando resultados que aún no son oficiales pero sí contundentes.

Falta conocer los porcentajes de participación y abstinencia; sin embargo, de más del 80% de los votos emitidos por lo menos un 60 porciento expresa un respaldo a la gestión del Presidente Evo Morales y el Vice-Presidente Álvaro García. Otra revelación en los datos preliminares es que en ningún departamento, el Sí a la continuidad del Gobierno Nacional está por debajo del 39% (este número corresponde a Santa Cruz, lo que demuestra que no es monolítico el respaldo de la población de esta región a un proyecto autonómico que busca restar importancia a las autoridades nacionales).

En cuanto a los prefectos, el cuadro es diverso. Mientras que éstos en algunos departamentos son claramente ratificados (Potosí, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija); la preferencia por la no continuidad de las gestiones prefecturales de Cochabamba, La Paz y Oruro parecen ser igualmente indiscutibles. En el caso del Prefecto Manfred Reyes Villa de Cochabamba, se prevé una relación del 60% de revocación frente a un 40% de ratificación.

Sobre la situación de Cochabamba escribí esta mañana un “texto de contexto”, el cual incluyo como anexo. No lo llegué a distribuir porque los miembros del Colectivo Rimarikuna aprovechamos el día para recoger informaciones frescas visitando mesas de votación y entrevistando jurados y votantes sobre sus opiniones y expectativas.
En los próximos días iremos colocando nuestros materiales y análisis en los dos blogs que hemos creado para ese fin (en español: http://rimarikuna.blogspot.com, en inglés: http://rimarikunaenglish.blogspot.com).

Sin embargo, me parece relevante anticipar algunas posibles respuestas en Cochabamba a los resultados del Referéndum Revocatorio. En su primera reacción pública, Reyes Villa mostró sus músculos. Ratificó su denuncia de la existencia de irregularidades en el Referéndum. Dijo que tenía que haber una persona que insiste en la defensa de la legalidad y que él era esa persona. También sostuvo que seguía siendo prefecto.
En respuesta a esta última declaración, Rafael Puente, Delegado de la Presidencia en Cochabamba, le dio la razón: “(Reyes Villa) sigue siendo Prefecto por unos siete días más”, dijo Puente; “Tiene todo el derecho de seguir inventando 47 argumentos más para declarar ilegal al Referéndum. ¿Qué más va a hacer? Ya acudió a tribunales internacionales. Si tiene pruebas, ¿por qué no las presentó? No tiene argumentos.” Según Puente, el actual Prefecto “se tiene que ir por una contundente diferencia de 60-40%... No puede darse el lujo, en contra de todo el país, de seguir afirmando que seguirá siendo Prefecto. Creo que no más se va a imponer la realidad, con un mínimo de sensatez… En democracia, la mayoría manda.”

Es muy posible que ocurra así. Varias de las entrevistas recogidas por nuestro colectivo en el curso del día expresan la opinión, incluso entre seguidores de Reyes Villa, que en caso de una revocación, el Prefecto “tendría que irse”.

Por otra parte, están muy presentes los temores sobre “movimientos sociales que ocuparán la Prefectura para sacarle a Manfred a la fuerza”, mientras que en el “otro bando” rondan rumores sobre “grupos de choque organizados” que actuarían en defensa del Prefecto. Existe una fuerte sensación que “este lunes” comiencen las confrontaciones. También es llamativo que en ambos lados de la división política se deposita la responsabilidad de posibles violencias en el campo contrario.

El Delegado Presidencial no cree que la sangre llegue al río. Un importante factor a favor de una salida negociada es la próxima fiesta de la Virgen de Urkupiña (14-17 de agosto), una de las festividades más importantes del Departamento. De manera temporal pero sin más remedio, la devoción colectiva se va a imponer sobre las enemistades facilitando un tiempo de reflexión. Para Cochabamba podría ser determinante.